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subscribe@forestalnet.freeservers.comAspectos ambientales relevantes para el Sector Forestal
Ing. Fernando Raga Castellanos
El tema forestal, desde hace ya bastante tiempo, se ha transformado en el objetivo principal del ambientalismo en el ámbito mundial. Existen diversas razones para ello, siendo la más objetiva e importante de ellas que gran parte de la biodiversidad se encuentra en los bosques. Pero, además, hay otras razones. Algunos grupos ecologistas consideran que conservar el bosque es una forma de detener la expansión desarrollista. Otros ven en el área forestal la oportunidad para atacar el quehacer de las grandes corporaciones, el sistema de mercado y el libre comercio. Por último, las connotaciones de belleza natural de los bosques permiten excelentes fundamentos para apelar a motivaciones emocionales del público en lo referente a su conservación.
El debate ambiental sobre los bosques se desarrolla en un entorno de especial sensibilidad de parte del público hacia los temas ecológicos. Es importante no errar el diagnóstico: muchos creen que se trata sólo de un problema de información, y culpan a las empresas de no informar suficientemente al público, como si una acción fuerte en este sentido pudiera cambiar radicalmente la situación. Pero nos encontramos frente a un fenómeno sociológico, una suerte de nueva utopía. Como tal, tiene muy fuertes componentes emocionales, de creencias e ideologías. Lo anterior se encuentra reforzado por el temor malthusiano del público de una catástrofe ambiental, lo que parece apoyado por el sentido común al ver una población mundial creciente en un planeta con recursos aparentemente limitados, y al difundirse profusamente por los medios los problemas ambientales (pero no sus soluciones ni los aspectos de mejora). En este contexto, la información que entregan las empresas simplemente no es creída por el público. Los medios de difusión dan amplia cobertura a informaciones (o desinformaciones) surgidas de ámbitos ecologistas, sin verificar su coherencia o veracidad y virtualmente bloquean las surgidas de la industria; pues, finalmente, el público quiere verlos del lado de "los buenos". Los políticos, en privado, pueden comprender los argumentos racionales de la industria, pero en público rara vez se arriesgan a defender argumentos distintos a los que la opinión pública quiere escuchar. Y todo esto va retroalimentando el fenómeno y el mito.
De modo que no parece realista revertir este fenómeno localmente. Sólo puede moderarse, modificarse levemente, dilatar sus efectos, o aprovechar algunos aspectos para moverse a favor de esta corriente. Hay países que han adoptado esta última actitud, como es el caso de Suecia.
Por otra parte, tampoco resulta fácil negociar o conseguir acuerdos con grupos ambientalistas, a menos que sea prácticamente someterse a sus términos. Si bien los grupos ecologistas combinan una muy amplia diversidad de corrientes, personas y motivaciones, podríamos distinguir tres grandes tendencias:
Ecologismo tradicional.- Es la corriente que agrupa la mayor cantidad de personas. Es esencialmente antropocéntrica: la preocupación consiste en que futuras generaciones de seres humanos no hereden un planeta destruido o deteriorado. El grueso del público común encuadra en esta corriente y también las organizaciones ambientalistas más moderadas.
Ecologismo político.- Es una corriente que utiliza la sensibilidad ambiental en forma instrumental, pero su verdadero objetivo es atacar el sistema económico predominante. No es mayoritario, pero tiene gran capacidad de movilización, propaganda y fuerte infiltración en los medios de comunicación. Personas de esta corriente se encuentran insertas en organizaciones del ecologismo tradicional.
Ecologismo profundo.- Es una corriente que emana de bases filosóficas (casi religiosas) muy sólidas, que plantea que el hombre es solo una más de las criaturas de la tierra, y que todos los demás seres, incluso inanimados, tienen derechos. Rechaza el atropocentrismo judeo - cristiano, y tiende a ver a la especie humana como una plaga superpoblada y amenazante para la naturaleza. Es un concepto virtualmente panteísta. Visualiza el desarrollo como enemigo de la naturaleza, y por lo tanto a los sistemas económicos-políticos que lo permiten (sistema liberal). Su actividad apunta entonces, a combatir el desarrollo tal como lo conocemos y a propender a un mundo menos poblado y con prácticas económicas más "armónicas" con la naturaleza. En este sentido, si bien sus objetivos de largo plazo son muy distintos a los del ecologismo político, comparten sus objetivos tácticos: combatir un sistema que es "desarrollista".
Pese a su carácter minoritario, son el ecologismo político y el profundo las dos corrientes que tienen mayor poder en los medios de comunicación y las que dominan el activismo ecologista. Eso dificulta lograr los acuerdos de desarrollo sustentable que podrían ser satisfactorios para la mayoritaria corriente del ecologismo tradicional pues los objetivos tácticos de las corrientes mencionadas, necesitan el conflicto ambiental y por lo tanto, no tienen interés alguno en buscar o siquiera facilitar acuerdos con las corrientes "desarrollistas" a las que buscan derrotar.
Es indudable que el ecologismo ha jugado un rol muy importante y positivo en la creación de conciencia sobre la necesidad de proteger el medio ambiente. Pero el activismo ecologista también ha conducido a excesos con consecuencias negativas, en particular para el sector forestal.
Las principales de ellas son:
Desprestigio de la actividad forestal: se genera presión a través de la opinión pública, en muchos casos desinformada, contraria a los proyectos forestales.
Bloqueo y paralización de proyectos, a través de acciones directas
"Peajes ambientales": a través del fortalecimiento de grupos de presión, frecuentemente infligen costos a los proyectos productivos por la vía de "compensaciones" a distintos grupos por impactos ambientales o sociales, reales o imaginarios.
Generación de restricciones excesivas a la actividad forestal (y en muchos casos no equitativas respecto a otras actividades) con sus costos asociados.
Presión en los mercados mundiales para el establecimiento de exigencias restrictivas (certificaciones)
"Lobby" en instancias y procesos internacionales, para regular globalmente la actividad e imponer restricciones a las legislaciones locales.
Las consecuencias en Chile han sido significativas. La primera de ellas es el alto nivel de desinformación del público. La gran mayoría de la población desconoce la realidad de los bosques del país, y tienen una imagen fuertemente distorsionada sobre ella, con una percepción de agotamiento y grave riesgo de extinción de los bosques naturales. Por otra parte. Se han obstaculizado o paralizado diversos mega proyectos, entre los que podemos destacar : dos plantas de celulosa (Valdivia e Itata, con inversiones del orden de US$ 2.600 millones; el proyecto Trillium, orientado a producir productos de madera sólida, con una inversión aproximada de US$ 80 millones; el proyecto Cascada, una planta OSB que implica una inversión aproximada de US$ 150 millones y la represa hidroeléctrica Ralco, que envuelve inversiones por unos US$.470 millones.
Si bien este es un tema al que se le otorga creciente importancia por parte de agencias de certificación, organizaciones no gubernamentales, reuniones gubernamentales y foros internacionales, en la realidad las demandas de los mercados no han sido tan importantes. Estas sólo son efectivas en algunos mercados de Europa, y en forma incipiente en EEUU. Por otra parte, se han detectado una muy baja disposición a pagar mayores costos por productos certificados.
Si bien hay diversas iniciativas de certificación en el mundo, las más importantes son el Forest Stewardship Council (FSC), y las normas ISO 14.000. El FSC es una entidad con sede en México, donde participan algunas empresas y organismos, pero que está fundamentalmente dominado por organizaciones no gubernamentales. En la actualidad tiene 16 millones de hectáreas certificadas en el mundo, principalmente en Suecia y Polonia. Es fuertemente impulsado por los grupos ecologistas, y el único sistema de certificación reconocido por la mayoría de ellos. Sin embargo, es resistido por grandes sectores de la industria, debido al temor a que se constituya en un monopolio controlado por estas organizaciones y varios de sus planteamientos, tales como oponerse al uso de organismos genéticamente modificados, al reemplazo de bosques naturales de segundo crecimiento, a su severidad con el uso de especies exóticas, a su fuerte reivindicación de grupos étnicos y comunidades, y promover el concepto de "cadena DE custodia", o aseguramiento de la certificación a través de la cadena de valor.
Las normas ISO 14. 000, a diferencia de las del FSC, no establecen estándares específicos, sino que certifican la existencia y buen manejo de un sistema de gestión ambiental, y exigen el cumplimiento, a lo menos, de lo establecido por la legislación de cada país. Puede combinarse con estándares locales o incluso con los del FSC. La industria tiende a preferirlo, pues no está bajo el control de las organizaciones no gubernamentales y permite el establecimiento de estándares complementarios en forma más flexible. Es rechazado y criticado por grupos ambientalistas, pero aceptado por amplios sectores del mercado.
En Chile, el FSC ha sido rechazado por la industria. En la actualidad, hay tres empresas certificadas ISO 14.000, con unas 130.000 ha de plantaciones y se encuentran iniciando el proceso otras cinco, con unas 960.000 ha adicionales.
4. Sustentabilidad de plantaciones forestales
Un elemento crucial para promocionar las plantaciones forestales, es establecer algunos conceptos que fundamentan su sustentabilidad.
La madera es el " commodity" de mayor volumen utilizado en el mundo: 3,5 billones de m3/año, la mitad para uso combustible, con una proyección de 3,8 billones de m3/año hacia el año 2010.
Según Sutton se obtienen de ella alrededor de 10.000 productos. En la práctica, la madera es irreemplazable, pues sus sustitutos consumen entre 9 y 30 veces más energía, son más contaminantes y en general no son renovables. El desafío consiste entonces en producir madera del modo más eficiente, con el mínimo costo social y ambiental, y con el mínimo uso de recursos naturales.
Si se proyecta un crecimiento de 1,5% anual sobre cifras FAO, al año 2040 se tendrá un consumo de madera industrial de 3 billones de m3/año. Bastarían 148.000 millones há de plantaciones de alto crecimiento para producir sostenidamente este volumen. Esto equivale a sólo 5% de la superficie de bosque del mundo. Por otra parte, la población mundial tenderá a estabilizarse hacia el 2025 en unos 9 a 10 billones de personas, lo que indica que el incremento de demanda tendrá un límite.
Esto significa que:
- Las plantaciones de alto rendimiento alejan cualquier amenaza seria sobre los bosques naturales y la biodiversidad, y el reemplazo de bosques naturales por plantaciones no es una amenaza realista para el primero ( en el peor de los casos afectarían un 5%, pero en realidad sería muy inferior, ya que la mayoría de las plantaciones se establecen en áreas sin bosque).
- Por otra parte, conservar la biodiversidad sirve para escoger especies de alta productividad y eficiencia en producción de alimentos, medicinas y otros. Los cultivos y crianzas especializados permiten obtener grandes volúmenes de alimentos y otros productos utilizando poca tierra. Gracias a ésto, es posible conservar gran parte del planeta. La especialización y la biodiversidad no son opuestas, sino complementarias. Las plantaciones forestales son sólo un ejemplo más de uso especializado que permite la supervivencia de la especie humana con mínimo impacto en el ambiente.
- Por lo anterior, es un error basar el análisis de la sustentabilidad de las plantaciones en ellas misma, pues son un elemento clave para permitir la sustentabilidad de recursos más amplios: 1 ha de plantaciones evita intervenir 20 ha de bosques nativos. Objetar la sustentabilidad de las plantaciones focalizada en ellas mismas, como si debieran ser autosuficientes en términos ambientales, es como esperar que un solo órgano del cuerpo humano desarrolle las funciones del total. Las plantaciones forestales son complementarias de los bosques naturales del mundo.
- Adecuadamente manejadas, la principal contribución de las plantaciones a la sustentabilidad es entonces su alta eficiencia para producir madera. Pero además, generan importantes beneficios complementarios ambientales y sociales:
· captura de CO2
· recuperación de suelos
· regulación de cuencas
· control de la erosión
· contribución al paisaje y a la vida silvestre
· mitiga la concentración en grandes ciudades
Uruguay presenta dos fortalezas en el aspecto ambiental que deben ser aprovechadas:
- Recursos forestales basados en plantaciones, creadas sin reemplazar bosques naturales.
- Proceso de desarrollo en etapa incipiente, que no ha generado debate ambiental importante.
Recomendamos abordar, al menos, los siguientes aspectos:
- Convencer al gobierno que es clave educar e informar al público antes que se fortalezca el activismo y la desinformación. Este proceso informativo es parte estructural de una política de fomento al sector forestal, y no puede dejarse a cargo del sector empresarial por razones de credibilidad al ser parte interesada. Es fundamental resaltar los beneficios que los programas de forestación tienen para el país.
- Formar grupos de trabajo de la industria con el Gobierno, Universidades, Servicio Forestal, productores para proporcionar información sostenida en el tiempo cuyos voceros sean entidades neutrales.
- Trabajar con las ONG locales para desarrollar criterios de sustentabilidad, antes que el tema forestal se transforme en un objetivo de interés para grupos internacionales o políticos y
comience a aparecer influencia del exterior.
- Ganar desde un principio el apoyo de comunidades locales a la forestación y a proyectos forestales.
- Educar a líderes de opinión , segmentos técnicos y políticos en conceptos de costo/ beneficio socioeconómico y ambiental, así como especialización / complementariedad de bosques y sustentabilidad de plantaciones.
- Tener buena disposición a las prácticas de silvicultura sustentable.
- Establecer por parte de las empresas programas de difusión de la actividad forestal a docentes, profesores, periodistas y público en terreno.
Fuente: Raga Castellanos, F., Ing. Civil (1999). Aspectos ambientales relevantes para el sector Forestal. Uruguay Forestal,9, 6-7.