Magazine Electrónico Nº 4. Abril 2.000
Publicación Electrónica Gratuita, con contenidos útiles de índole forestal.
Para no recibir este magazine envíe un mail a:unsubscribe@forestalnet.freeservers.com
Si desea los números anteriores solicítelos a:subscribe@forestalnet.freeservers.com
El árbol ya no está ocultando el bosque
Autor: Matías Longoni
Sancionada en el 98, la nueva Ley Forestal está impulsando el desarrollo de un sector que podría recibir US$ 4.000 millones en inversiones.
El de la forestación es un caso curioso en estos tiempos en que todas las políticas del gobierno anterior parecen merecer una profunda revisión. La nueva gestión de Agricultura no sólo no se plantea reveer las decisiones del menemismo, sino que promete profundizarlas. "Este es un ejemplo de una verdadera política de Estado", destaca el nuevo coordinador del área, el ex gobernador misionero, Ricardo Barrios Arrechea.
La incuestionada política estatal en materia forestal tiene nombre y apellido: la Ley 25.080, de Inversiones para Bosques Cultivados. Esta ambiciosa norma fue aprobado con un consenso general en el Congreso en diciembre del 98 y aunque su reglamentación insumió unos meses más, sus beneficios ya están corriendo en algunas de las provincias con capacidad forestal. Todo el sector se está moviendo al compás de sus artículos.
¿Qué establece la ley? Básicamente garantiza estabilidad fiscal por treinta años para todos los forestadores. Y prolonga por diez años un programa de subsidios, con montos que cubren hasta el 80% de los costos de implantación.
-¿Ustedes no van a cambiar nada de la ley?- le preguntamos a Barrios Arrechea.
-No, en absoluto. Este es un momento muy especial para la forestación, hay viento a favor, y el nuevo gobierno está dispuesto a seguir apoyando al sector. Es una de nuestras prioridades.
Hasta el cambio de gobierno, Daniel Maradei fue coordinador nacional del Programa de Desarrollo Forestal, el cargo que ahora ocupa Barrios Arrechea. El ex funcionario informó cuál fue el proceso desde la sanción de la ley.
-Inmediatamente se comenzó a trabajar para convencer a las provincias que promulguen sus propias leyes de adhesión, lo cual fue complejo en un año electoral. No obstante, ya tienen sus leyes la mayoría de las provincias forestales. Sólo están faltando Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza y Córdoba, donde está avanzado su tratamiento legislativo.
La ratificación provincial de la ley nacional es un paso necesario para que los emprendedores forestales comiencen a recibir los beneficios previstos en el texto. En el decreto reglamentario, además, se estableció que los municipios deberán promover ordenanzas similares. Fue una decisión para procurar que la estabilidad fiscal prometida a los forestadores esté garantizada por los tres niveles del Estado.
Mientras provincias y municipios siguen agregando piezas al andamiaje legal, sobran los argumentos que convierten la forestación en una actividad tentadora. Son los que menemistas y aliancistas tuvieron en cuenta a la hora de acordar.arrios Arrechea citó sólo algunos. Por ejemplo, recordó que la Argentina apenas participa con el 1% del comercio mundial de productos forestales, donde se movilizan anualmente más de 100.000 millones de dólares, una cifra superior a la que se maneja en el mercado de granos.
"El espacio que hay por delante es inmenso y alimenta las posibilidades de un país como la Argentina, que puede llegar a forestar 20 millones de hectáreas y tiene ventajas comparativas fenomenales", sostuvo el funcionario. Actualmente, el área implantada con bosques llega a unas 800 mil hectáreas. Es menos del 5% de la que se podría forestar.racias al programa de subsidios implementado por Agricultura en 1992, el número de hectáreas forestadas ha venido creciendo sin pausa, ubicándose en 1998 en torno a las 100.000 hectáreas . Ya con la ley en marcha, en el 99 se presentaron planes para unas 180.000 hectáreas. Y ahora se espera que esa tasa de crecimiento se estabilice en los próximos años en 200 mil hectáreas anuales.
Del lado de la demanda también surgen señales. Y no sólo del exterior, ya que la Argentina compra muchos más productos forestales de los que exporta. Barrios Arrechea puso cifras: "El déficit comercial en este rubro llegó en 1999 a 1.200 millones de dólares. Es una barbaridad, el equivalente al 20% del déficit comercial del país. Cada tonelada que exportamos la vendemos a 400 dólares en promedio, mientras que importamos pagando 1.200 dólares por tonelada. Para hacerla clara, estamos exportando tablas e importando muebles".
El funcionario también destacó la importancia del sector para pelearle al desempleo. "Es casi el mayor generador de empleo. En la Argentina hay tantos obreros en el sector maderero -unos 80.000- como en la industria automotriz y ese sector le cuesta al Estado cientos de millones de pesos. El sector forestal es un gran captador de mano de obra no especializada, sobre todo en las provincias." Según las previsiones de la anterior administración, con la sanción de la ley de promoción el sector forestal está en condiciones de recibir inversiones por unos 4.000 millones de dólares. Maradei confirmó: "Hay muchos proyectos para la apertura de nuevos aserraderos, nuevas plantas de tableros y de pasta. Y todos los procesos de inversión que partían de la base que iban a contar con los beneficios de la ley se están consolidando".
Las noticias sobre grandes inversiones en el sector son cada vez más frecuentes. Perez Companc adquirió más de 100.000 hectáreas en el sur de Corrientes. Un grupo de representantes de las grandes corporaciones forestales de Japón recorrió el sudeste bonaerense, interesado en la producción de rollos de eucalipto. En este momento las tres empresas chilenas radicadas en el país están plantando unas 20 mil hectáreas y una de ellas, Alto Paraná, invirtió 30 millones en un nuevo aserradero en Puerto Piray, Misiones.
Pero el dato clave está en el ritmo de presentación de proyectos a la Secretaría. Allí se destacan viejas zonas forestales como Misiones y el norte de Corrientes, pero aparecen nuevas regiones que van ganando fuerza: el sudeste de Buenos Aires, la Patagonia, Salta y el centro-sur de Corrientes, básicamente en pino.racias a la ley también están apareciendo nuevos actores, ya que se eliminaron algunas trabas a la participación de fondos fiduciarios en el negocio forestal. El primero que irrumpió fue el fondo de inversiones UBS (Unión de Bancos Suizos) Prinson, constituido por capitales de diversas AFJP, que ya compró unas 11.000 hectáreas en Corrientes. Y otros se están preparando. El camino recién empieza.