La era de la Petroforestación.

Nota extractada de la Revista: Cultivos Intensivos, Año 1, Nº 6, Septiembre 1.999.-

Las responsabilidades y presiones por la buena conducta ambiental, sumadas a las muy buenas perspectivas que ofrece el sector, atrae las inversiones forestales de las grandes petroleras que actúan en Argentina. Los emprendimientos abarcan protección de bosques, viveros, campos de forestación, aserraderos y exportación, fundamentalmente en el Nordeste argentino y en la Patagonia.

"Las grandes empresas del sector de energía invierten en forestación, fundamentalmente porque es un sector que promete muy buen rendimiento y también porque les da calificación en materia de gestión ambiental", sostiene Juan Paul, especialista en la materia y proovedor de plantines e insumos de varios de estos emprendimientos.

Los principales focos de inversión forestal de las petroleras son la Provincia de Neuquén, en donde se radican YPF, Petrolera San Jorge y el Proyecto Mega, y en el nordeste, donde apuestan fuerte Shell y Pérez Companc.

El vicepresidente del grupo Pérez Companc y Presidente del Consejo de Empresarios de la Argentina por el Desarrollo Sustentable, Oscar Vicente, explica que las compañias petroleras invierten en biomasa "para captar dióxido de carbono, almacenar nitrógeno a largo plazo, preservar los suelos, evitar daños al ecosistema y mejorara la calidad de vida del planeta Tierra".

Haciendo historia, a mediados de los ´80 se instaló la certeza de que la deforestación y quema de combustible conducen a la emisión de gases, como el dióxido de carbono, metano, monóxido de carbono y óxido nitroso, cuya acumulación es causante del recalentamiento global. En las reuniones cumbre sobre Cambio Climático en Kyoto (Japón) y Buenos Aires, se apuntó a las compañias energéticas que queman derivados del petróleo como las mayores responsables y se habló de establecer penalidades. Oscar Vicente ha explicado que "las penalidades aún no fueron aprobadas, por lo que la pelea va a ser muy dura entre los países que contaminan -que son los más ricos- y los que aportan oxígeno con sus bosques, generalmente los más pobres".

Pero forestar en nuestro país es también un negocio con espléndidas perspectivas, tal como lo entienden diferentes fondos de pensión europeas, que ya están radicando inversiones. Los bosques implantados en Argentina comenzaron a extenderse a partir de la década del 40 y hoy cubren unas 800.000 hectáreas, pero es una superficie escasa en comparación con Chile, que con mucho menos superficie en el mismo período cubrió 1.600.000 hectáreas, o Brasil, 6 millones. Argentina posee 20 millones de hectáreas libres de tierra para forestación con perspectivas de bajo costo comparativo y turnos de producción de 10 a 12 años.

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